Vistas de página en total

viernes, 25 de septiembre de 2015

I would like to be...





I would like to describe the way that you see me, but I can’t, it is impossible because you don’t see me never.  And this kills me for moments, since I love you, with many forces. 
I know that this shit is very wrong for me, but I can’t stop it.
I need you as water or air. All day, all night, over stars, under the sea.
I would like to know that you need to accomplish it. So, see you really happy for one time. because you will stay happy, then I too. 
I am looking for a sensual summer to show it to you.  A hot summer that filling us.
Nowadays I would like to be the kiss of your mouth. 


lunes, 9 de marzo de 2015


El escribir es un acto que te libera de estrés y te resuelve las dudas. Pero a pesar de las dudas resueltas, en ocasiones es el miedo el mejor freno de nuestros deseos. Miedo a la incertidumbre, incertidumbre de no saber que pasará con tu futuro o tu entorno.
Hace poco leí un artículo sobre la "zona de confort". Me indigné, pues no es más que un lugar para cobardes. Y yo lo soy. Muy pocas veces me dan los "arranques" de locura, que aprovecho para liberarme de todo ese miedo, arriesgarme y ser feliz. Aunque muchas veces he caído, pero ¿y qué?Podemos ponernos en pie, de hecho, caer sólo nos sirve para aprender a levantarnos o al menos eso he aprendido desde que tengo uso de conciencia.
Me pongo nerviosa al hablar en público, comer en público o hasta al conducir con alguien más. Hay quienes piensan que es adorable, otros estúpido. Estoy más aliada con la segunda opción. Sería una persona carismática y con muchas más oportunidades si no me diera vergüenza hablar en público. Comer es la actividad más cotidiana del mundo ¿vergüenza? ¿Enserio? Tendría mejor cuidado con el batmóvil.
En fin, indignada, ya lo he dicho. No quiero saber nada más de la maldita "zona estúpida de confort". La vida es muy corta para malgastarla en cobardía. La adrenalina que siento cuando me arriesgo en algo en lo que sé que no tengo las respuestas me hace mucho más larga la vida. Mucho más feliz. Opto claramente por la felicidad, aunque por ella me caiga infinidad de veces.  

viernes, 10 de octubre de 2014

El Diario de un roce " Era él..."

Entro en el mito de la zona. Hay movimiento, cada uno con su historia. Las parejas entrelazadas rozandose mientras bailan, las bebidas, que a estas horas ya están haciendo estragos y honor a su sabor, se reparten en la barra como caramelos. Las luces son de colores y relampaguean al ritmo de la música.  Una música que contagia y extasia. 

Echo una mirada a lo lejos y voy rodeando el lugar. Ahi está, rodeado por amigos y conocidos. El misterioso ser que vi hace tres noches y no pude olvidar. Me mira fijamente mientras bebe de una copa. Tiene chicas alrededor, pero no le importa, me sigue mirando. Me doy media vuelta con una mirada desafiante y una sonrisa que delata. Directa a la barra, pido lo mismo que la chica de al lado y miro la hora. No pasa ni un segundo cuando me rodea alguien. En el reflejo de las botellas veo sus ojos grises, acechando. 



"Tu nombre, por favor". No suena a pregunta o petición. Me pongo nerviosa, pero respondo. "me conoces, ya sabes quién soy". "algo he oído,  sí". Curiosa pido que me explique lo que ha escuchado de mi y él,  pensativo, deja pasar unos segundos y mueve los labios para decir algo, pero suelta una risa seca con algo de chulería. "Sí de verdad quieres saberlo, tendrás que hacer mucho más para averiguarlo". Esta prepotencia seductora me esta atrayendo como una abeja a la miel y sonrió. "Alardeas demasiado".

 Era él. De pequeños siempre me sacaba de quicio; no me dejaba jugar con sus coches de colección,  ni usar su gorra de invierno, esa que le regaló mi madre por su cumpleaños. Habíamos crecido, los juegos habían cambiado de tonalidad, él ya era un hombre y yo una mujer, y ya esa chulería no me enfadaba, me encantaba.




"Te ves bien. El frío de Irlanda te ha sentado de maravilla"- " te he echado de menos Javier". Enreda entre sus dedos un mechón de mi pelo,  que rompe toda su dureza y deja destacar su dulzura.  " Yo también a ti María".


El Diario de un roce "all of me Loves All of you"



Because


All of me


Loves



                              All of you

jueves, 9 de octubre de 2014

El Diario de un roce "sobraba y reinaba"

Estaba apunto de dormirme cuando de pronto, un sonido como un rugido sonó. 
Me levanté de un salto, y acalorada, fui despacio y respirando, preparándome para oír su voz. Descolgué el teléfono - "¿Sí? ", y fue entonces cuando escuche el susurro definitivo.
 Aquellas palabras me erizaron la piel como ese escalofrío que te produce el agua  caliente en un dia frío de invierno. Entonces lo entendí. El quería verme esa noche y yo deseaba verlo, así que pasó,  nos vimos. 
Habíamos quedado en un parque no muy escondido, pero si algo privado. A primera distancia se hizo un silencio intenso como aguantando los nervios posados en la garganta y el estómago. Se acercó tanto, que por un momento pensé que me traspasaria con la mirada.
 Cogió un mechón de mi pelo y lo olió. Pensé que estaba loco."¿manzana?"- dijó seduciendo. "Sí" contesté con aquel nudo en la garganta y esas ganas de comerme sus labios. Sonrió y se acercó a mi oído suspirando. Dijo muy bajito "estás preciosa ésta noche". Me sonroje y le propuse sentarnos en un banco debajo de una farola, muy "romántico" por cierto. Pero en realidad, para mi lo era, era bastante romántico, ya que con la luz se iluminaba sus profundos ojos marrones y se le definían los rizos de su pelo, sus preciosos y excitante rizos. Eso me encantaba y se me notaba en la cara.
 Hablamos, durante poco tiempo, pero se me hizo eterno, porque estaba loca por su temperatura,  estaba ardiendo. Ésta vez las palabras sobraban y reinaban 
los besos.






jueves, 3 de abril de 2014

El Diario de un roce. "Karma..."




    De repente salgo de un encierro y la puerta de las oportunidades se me abre de par en par. ¿Me lanzo?, tengo miedo de ir demasiado rápido por si tropiezo y me caigo de nuevo. 

    Que cansada estoy de eso, parezco estúpida queriendo hacer ya aquello por lo que sé, que yendo rápido una vez, cometí un gran abanico de errores irremediables. Perdí un tiempo valioso que nunca recuperaré. Pero es que tengo tanto que dar y tantas ganas de volver a sentir lo mismo de hace 4 años. Eso sí fue bonito y merecedor de vivirlo, profundamente. Pero tenía que hacer daño, porque si no, no era feliz.

   Mil formas de hacer las cosas y la única forma que se le ocurrió a mi escasa madurez fue aquella con la que tanto daño le hice a aquel amor.

   Creo en el karma, siempre lo digo, ella es mi amiga, porque igual que me trae cosas buenas, me da lecciones para aprender. Y mi lección me la dio cuatro años después, y durante los dos últimos, disfruto como nunca. Igualmente, debo decir, gracias Karma. 


Y a ti cariño, sólo decirte, que siento haberte hecho daño y que te hago un homenaje todos los días por haberme querido así.

El Diario de un roce. "La joven con tentaciones escondidas".







   Ella lo quiere como si no hubiera mañana, pero es joven y quiere volar. Ella quiere probar y sentir sin mirar atrás. Se han alejado miles de veces para volver a encontrarse de nuevo, pero esta vez es diferente. Pues el miedo de alejarse de nuevo por mil y una veces y no volverse a encontrar como en otra ocasión, la recome por dentro, cortándole las alas y los cuatro sentidos, quedándole solo uno, el que siente por él. 

   Y es que han pasado por tanto, que ella se pregunta si vale la pena perderlo solo por un par de tentaciones escondidas. Y retira esa idea de su cabeza, sigue con el de la mano un tiempo, pero la juventud le insiste: "escápate, tienes mucho por descubrir". 

   Sabe que el tiempo es oro y que pasa tan rápido como el viento. Pero el dilema acaba con ella y ella acaba con el dilema, pues decide quedarse con él, pero siempre con la duda de que hubiese pasado si se hubiese aventurado.

"Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer" Paulo Coelho.