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jueves, 3 de abril de 2014

El Diario de un roce. "Karma..."




    De repente salgo de un encierro y la puerta de las oportunidades se me abre de par en par. ¿Me lanzo?, tengo miedo de ir demasiado rápido por si tropiezo y me caigo de nuevo. 

    Que cansada estoy de eso, parezco estúpida queriendo hacer ya aquello por lo que sé, que yendo rápido una vez, cometí un gran abanico de errores irremediables. Perdí un tiempo valioso que nunca recuperaré. Pero es que tengo tanto que dar y tantas ganas de volver a sentir lo mismo de hace 4 años. Eso sí fue bonito y merecedor de vivirlo, profundamente. Pero tenía que hacer daño, porque si no, no era feliz.

   Mil formas de hacer las cosas y la única forma que se le ocurrió a mi escasa madurez fue aquella con la que tanto daño le hice a aquel amor.

   Creo en el karma, siempre lo digo, ella es mi amiga, porque igual que me trae cosas buenas, me da lecciones para aprender. Y mi lección me la dio cuatro años después, y durante los dos últimos, disfruto como nunca. Igualmente, debo decir, gracias Karma. 


Y a ti cariño, sólo decirte, que siento haberte hecho daño y que te hago un homenaje todos los días por haberme querido así.

El Diario de un roce. "La joven con tentaciones escondidas".







   Ella lo quiere como si no hubiera mañana, pero es joven y quiere volar. Ella quiere probar y sentir sin mirar atrás. Se han alejado miles de veces para volver a encontrarse de nuevo, pero esta vez es diferente. Pues el miedo de alejarse de nuevo por mil y una veces y no volverse a encontrar como en otra ocasión, la recome por dentro, cortándole las alas y los cuatro sentidos, quedándole solo uno, el que siente por él. 

   Y es que han pasado por tanto, que ella se pregunta si vale la pena perderlo solo por un par de tentaciones escondidas. Y retira esa idea de su cabeza, sigue con el de la mano un tiempo, pero la juventud le insiste: "escápate, tienes mucho por descubrir". 

   Sabe que el tiempo es oro y que pasa tan rápido como el viento. Pero el dilema acaba con ella y ella acaba con el dilema, pues decide quedarse con él, pero siempre con la duda de que hubiese pasado si se hubiese aventurado.

"Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer" Paulo Coelho.





  

martes, 1 de abril de 2014

El Diario de un roce. "Una sonrisa y una mirada".



  Se abre la puerta y choca con la pared verde mate y el cuadro de rosas.
   Sube mi pierna hasta su cintura, rozándola lentamente, mientras su boca prueba mi cuello con un ligero, pero caliente mordisco. Y me estremezco como la primera vez y me sonrojo como la ultima.
   Su piel es tan suave y tersa que no logro sentir separación entre su cuerpo y el mio. Me desabrocha el rojo vestido provocador, que tanto le gusta quitarme y me sacude contra la mesa del comedor, besándome como nunca y sintiéndome como siempre.

   El deseo de llegar a la cama se hace palpable y mientras nos desvestimos, sin saber a dónde vamos, llegamos hasta allí, tan calientes que la cama parece helada.

  Ya desnudos y tentados, decidimos unirnos completamente por fin. Se me hizo eterno. Pues la complicidad y el deseo que desprendemos es tan enorme, que nos convertimos en uno solo, pero con un millón de sentidos. Pasa el tiempo como si no existiera y llega la hora anhelada.
  Hemos hecho el amor con solo una sonrisa y una mirada.