De repente salgo de un
encierro y la puerta de las oportunidades se me abre de par en par. ¿Me lanzo?,
tengo miedo de ir demasiado rápido por si tropiezo y me caigo de nuevo.
Que
cansada estoy de eso, parezco estúpida queriendo hacer ya aquello por lo que
sé, que yendo rápido una vez, cometí un gran abanico de errores irremediables.
Perdí un tiempo valioso que nunca recuperaré. Pero es que tengo tanto que dar y
tantas ganas de volver a sentir lo mismo de hace 4 años. Eso sí fue bonito y
merecedor de vivirlo, profundamente. Pero tenía que hacer daño, porque si no,
no era feliz.
Mil formas de hacer las cosas
y la única forma que se le ocurrió a mi escasa madurez fue aquella con la que
tanto daño le hice a aquel amor.
Creo en el karma, siempre lo
digo, ella es mi amiga, porque igual que me trae cosas buenas, me da lecciones
para aprender. Y mi lección me la dio cuatro años después, y durante los dos
últimos, disfruto como nunca. Igualmente, debo decir, gracias Karma.
Y a ti cariño, sólo decirte, que siento haberte hecho daño y que te hago un
homenaje todos los días por haberme querido así.
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