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lunes, 31 de marzo de 2014

El Diario de un Roce. "La chiquilla caprichosa,coleccionista de historias".



Frío como el fuego; caliente como el hielo; seco como el agua; mojado como el sol. Así es él, todo lo contrario a lo que podía imaginar, un alma aparentemente fuerte, pero con una sensibilidad abrumante. Alto joven con rasgos de caballero y corazón de niño, un niño enamorado o al menos eso cree. 

Yo sé que lo que él siente no es amor, pues lo que busca, no lo encuentra en ella, pero aun así se empeña en seguirla, en conquistarla, cuando el amor no se conquista, surge. Pero su experiencia aún no ha crecido; y se derrumba cual torre de piedras, cuando no encuentra ese anhelado ser. Ese ser que le llene el dichoso agujero negro, al que llaman soledad. Y es que el amor no es una necesidad, enamorarse es cosa de fortuna y no tiene que ver con compañía ni soledad. Es simplemente compartir, sinceridad, complicidad, amor; amistad y respeto. Ella no cumple ninguno de esos requisitos, pero él desea tanto encontrar esa tan grande ilusión, que no le importa todo el daño que ella haga, pues ya decidió que ella es su "personificación" del amor y no hay quien cambie ese pensamiento.

Yo no puedo hacer más que aconsejar, pero sólo me oye, no me escucha. Escucha más la voz y ve más el rostro, de aquella chiquilla caprichosa coleccionista de historias, entre lágrimas evaporadas.

¿Cómo ver a una de las personas más importantes que tienes, tan decepcionado y no poder hacer nada? La frustración que siento me recorre el cuerpo como un hielo que quema. Y por mucho que quiera quitarle la sábana de la cara, sólo él, al igual que la golondrina, puede. Y sólo él puede empezar a quererse antes que a nadie más. 

Porque venimos a esta vida con tres misiones, por este orden: querer la vida; quererte a ti mismo; y lograr irte sabiendo que te quisieron alguna vez.

Fuerza amigo. La tercera misión ya la cumpliste, te lo aseguro.

domingo, 30 de marzo de 2014

El Diario de un Roce. "La golondrina y el vanidoso".








      Está a oscuras y piensa en lo que ha pasado. ¿Cómo ha llegado hasta ahí?

      Estaba en una jaula de cemento y espinas que olía a profundo romance y no era más que un juego de vanidad y hombría. Él y ella nunca fueron un nosotros. Ella utilizaba todos los medios que tenía a su alcance para hacerlo feliz; para que el reloj funcionara con todas sus piezas y lo único que conseguía era hachazos de desprecio, una y otra vez. Pasó de ser una golondrina a ser un gorrión asustado y sumiso, cosa que nunca la había caracterizado hasta entonces. La venda rosa-gris que le cubría los ojos no se decidía y tal venda era la única llave resguardada que la podía sacar de allí. 

     Pero había regalado tantas agujas de tiempo en esa jaula, que ya estaba acostumbrada al encierro cruel del vanidoso ser. Y quería luchar desde dentro, por miedo a salir de la jaula y no recordar como volar.

    La venda se cae y logra salir, pero la luz del sol le quema, causándole un gran dolor. Lo que veía era tan brillante y claro, que no dejaba ver más allá. Y por un momento el miedo la invadió, ya que la claridad no dejaba ver si se estrellaba o no. Pero poco a poco, el tiempo pasó, y la golondrina se acostumbró a la luz solar, pudiendo apreciar desde el cielo la belleza de la vida. Volvió a volar como nunca, volvió a ser golondrina, una bella ave capaz de volar y ser libre.




El Diario de un Roce. "Cacería de conejos en busca de un lobo feroz".


        Se siente el calor, mientras bailamos. La euforia revienta cual pompa de jabón y es el sinsentido lo que más se siente en el ambiente. Empieza la cacería de conejos en busca de un lobo feroz. Eso nos gusta, que gruña, porque somos luchadoras no cuidadoras. Hombres hechos y derechos, no niños con pelo en el pecho.

       Imagina como rodea con su cola de lobo mi curva más preciada y la envuelve como si me fuera a escapar. Respiración, suspiros y gemidos es lo único que se escuche a travez de la música y los gritos. Dos desconocidos atrayendose en una noche cerrada y espesa. Nombres en el aire, miradas fijas y penetrantes. Las palabras sobran entre el poco espacio que existe entre los dos, somos él y yo.

    Piel morena y gran estatura lo convierten en el depredador de la sala. Me gusta ser su presa, pero los papeles cambiaron cuando baje sus manos en busca de algo más.

     Me roza con tal confianza, que me pienso dos veces si ya lo conozco, pero caigo en que no y es cuando me entran más ganas, más deseo, más despierto de la noche y más quiero estar con él, con el desconocido infiel. El lobo feroz de este cuento.


   
   

viernes, 28 de marzo de 2014

El Diario de un Roce. "Canción para un fracaso"

Ya me cansé de tu tornillo suelto. 
Me atraganté el caramelo envuelto. 
No puedo más con tanto sube y baja, 
Cerca de ti estoy en desventaja. 

Ya me aprendí el cuento de memoria, 
Ya recorrí toda tu trayectoria. 
No cambiarás, el mal no tiene cura. 
Me marcho en paz, te dejo con locura. 

Y yo me voy, adiós, me fui y no me importa. 
Nada me detiene aquí, la vida corta. 
En avión, por tren, por mar, por lo que sea. 
Soy feliz de haber perdido la pelea 
Y te quedas con mi firma en la libreta. 
Yo me llevo el corazón en la maleta. 

Ya me saqué la piedra del zapato. 
Ya me olvidé el nombre de tu gato. 
Sordo quedé de tanto pataleo. 
Me marcho en paz, basta de lloriqueo. 

Y yo me voy, adiós, me fui y no me importa. 
Nada me detiene aquí, la vida corta. 
En avión, por tren, por mar, por lo que sea. 
Soy feliz de haber perdido la pelea 
Y te quedas con mi firma en la libreta. 
Yo me llevo el corazón en la maleta. 


 Adiós, me voy, no puedo más.
Que bien me irá sin ti. 

Lo mejor que me a pasado es despedirme... 
Y poder decirte hoy... 

Que yo me voy, adiós, me fui y no me importa. 
Nada me detiene aquí, la vida corta. 
En avión, por tren, por mar, por lo que sea. 
Soy feliz de haber perdido la pelea 
Y te quedas con mi firma en la libreta. 
Yo me llevo el corazón en la maleta. 

Luis Fonsí. "El corazón en la maleta". 



El Diario de un roce. "Amor platónico, esto es para ti" .






     Por una milésima de segundo note como me comía con la mirada, pero claro, eso tenía que ser impensable para mí, pues sólo puede haber amistad entre los dos, aunque eso para mí sea limón con sal en la herida.


Lo peor es que compartimos más que una amistad. Nuestro gran obstáculo compartido es una persona que significó mucho y a la vez nada, al menos para mí. El causante de que nuestro sentido amor sólo pueda ser platónico e insignificante. Maldita la hora en que tenía dos elecciones y elegí mal. Aunque necesitaba esa mala elección para aprender una lección más de la vida, me pregunto todos los días como hubiesen sabido sus labios, carne fresca e indolora, y ahora nunca lo sabré, porque aquel obstáculo es más cercano de él que de mí, y su preferencia está clara. Por mucho tiempo al tiempo, esta batalla la perdí.

Siempre creeré en el destino, pero vaya destino... prefiere darme lecciones de amor, que dármelo. Mi felicidad también importa destino. Aunque también he aprendido que las apariencias engañan y que tal vez, mi amor platónico tampoco es para mí, o tampoco es para ahora. La paciencia es algo que se premia.


Por si me escuchas destino, lo quiero. Lo quiero cuando puedas dármelo, pero lo quiero. Porque siento que tengo que probar lo agridulce una vez más. Allí donde estés, aprendí la lección y aún así, todavía tengo ganas de amar.

Siempre en mis sueños...



El Diario de un Roce. " Cuatro paredes calientes y un libro".






Como concentrarte entre cuatro paredes tan diminutas y tener su pelo sedoso y amplia espalda tan cerca de ti. La arañaría tan suave y delicadamente, pero no soy lo suficientemente valiente como para arrepentirme después.

     Es tanta la lujuria que produce en mí, que no puedo evitar sonrojarme cuando me mira, mi piel se calienta y palpita como si mi corazón hirviera a fuego lento. Y el cosquilleo me atraviesa el cuerpo como una ola, al mojar los pies en la orilla. 

    Sé que no es para mí, sé que entre nosotros el "Largo tiempo" es una hipótesis que no debe existir, pero la idea de empañar los cristales de la habitación con él, sólo una vez, es tan tentadora y tan frágil...

   El deseo puede ser algo peligroso, pero divertido. Se lo propondré con un susurro al oído. Veo como me mira y sé que si no fuera por estas cuatro paredes y por este montón de gente, el también sería valiente.

El Diario de un roce. "Una amistad enamorada".





 Estamos tan cerca, pero tan alejados. El espacio que existe entre su mano y mi cintura, es por mí, ya que a pesar de que sé que me desea, que solo quiere hacerme feliz e inundar mis labios de todo lo que aún no he probado en este mundo, no me siento preparada aun para volver a meterme en aquel remolino que es el amor.

 No quiero herirlo, no quiero desaparecer por culpa de mi gran amigo el miedo, no se lo merece. A la vez, la necesidad de estar con él se desborda como la marea y no puedo evitar buscarlo, provocarlo, simplemente subiéndome la falda de tal forma que su locura se vuelva extrema. 

Y él lo sabe, no retira mi sensualidad ni se priva de ella, es valiente, pues está dispuesto a la rotura repentina de un corazón. Y es que años atrás ya fui suya pero sin serlo. Y es que el me calienta en época de frio y en época de calor me enfría. 

No quiero herirlo, pero se ha hecho tan parte de mí. Esos días de largas charlas desinteresadas de dos extraños, que parecían cortas de las ganas que teníamos de contarnos, de tocarnos mediante las palabras.

Esos "piques", que en vez de picar, enamoraban. "Sonrisas tontas" innecesarias pero tan anheladas.


Es un final con coma, en vez de punto.